jueves, 1 de agosto de 2013

Todos Somos Artistas

Mi mayor creación, soy yo misma.

Todos somos artistas, vamos a atrevernos a usar los colores que más nos gusten para pintarnos, esculpir las formas que más se identifiquen con nuestra alma y componer los sonidos que más reflejen nuestros pensamientos.

Todos somos artistas, atrévete a ser la obra de arte que quieres mostrar todos los días en la calle.

Silvia Mercader Ferri

jueves, 25 de julio de 2013

Todos, sin excepción, tenemos una relación así....


Conocí a una mujer atractiva, seductora, peligrosamente hermosa. La vi de noche, del otro lado de un bar donde resonaba una música muy fuerte, estruendosa. Poco a poco me fui acercando a su cuerpo curvilíneo, con ropa escasa pero con telas brillantes; las lentejuelas que ocultaban sus pechos rebotaban las luces del local, dejándome ciego a cada destello de color naranja. Cuando por fin pude estar 5 centímetros de ese espectáculo humano, noté que traía un aroma a cigarro, no me importó decidí hablarle. Su acento era familiar, su forma de hablar era clara y precisa, sin muchos rodeos me permitió invitarle un trago. Mientras bebíamos juntos, copa tras copa, sus ojos parecían desnudarme, parecían leer mis gotas de sudor nervioso, pero ella no se mostró sorprendida, sabía perfectamente mis intenciones y conocía mi timidez como nadie.

Después de conversaciones furtivas que incluían hechos políticos, bandas de música pesada, cocina, hasta arte urbano, decidí hacer un salto al vacío e invitarla a mi apartamento. Ella ni se inmutó, sus labios rojos modularon delicadamente un “Sí”, me agarró la mano, y me acompañó a la salida del club nocturno.

No suelo hacer esta clase de invitaciones, generalmente soy una persona demasiado tímida para arriesgarme a pasar la noche con una desconocida, pero había algo en ella que me atraía con locura. Mientras íbamos en mi carro, bajó la ventana del copiloto y dejó que el viento nocturno jugara con su cabello negro como el petróleo. Mientras jugueteaba con la cruz que tenía colgado en su delicado cuello, pude ver gracias a las luces de la calle las marcas que tenía en sus antebrazos, yo ya conocía aquellos puntos enrojecidos, pero no le di importancia <<Cada quien con sus vicios>>.

Llegamos a mi edificio, estacioné el carro y nos dirigimos a los ascensores, al marcar mi piso, ella me atacó directamente al cuello con sus gruesos labios y con sus dedos de pianista. Lo usual en mí hubiera recurrido a la fuerza para quitarla de encima, esperar a llegar a mi apartamento, para evitar cualquier encuentro vergonzoso con un vecino, pero esa noche no me importó. Dejé que se saliera con la suya. Primero la abracé tímidamente y empecé a besarla, pero ella cada vez recurría más a la fuerza. Me mordió los labios y me arañó la espalda, y decidí seguir la corriente de su violenta excitación. Sentí como el espejo del ascensor se partía en su espalda cuando la acorralé contra la pared, lo cual solo sirvió para aumentar el libido entre nosotros, ella no se detuvo.

Al llegar a nuestro piso, ningún vecino nos vio, llegamos a mi apartamento y cerré la puerta con un pie para no detener lo que sentían mis manos.

Poseí su cuerpo repetidas veces, recorrimos desnudos casi toda la casa, con manotazos que se confundían entre caricias sexuales y golpes de guerra. Varias veces arañé con fuerza sus senos firmes, grandes, y naturales. Poco a poco me convertí en un animal, me salí completamente del personaje cariñoso, tímido y delicado que suelo ser tanto dentro y fuera de la habitación. La maltraté, la golpeé, la arañé y la mordí sin piedad, ella solo me pedía más, y yo solo seguía hiriéndola físicamente.

No sé exactamente cuando me quedé dormido, fue como si de repente el mundo se tornara negro y no supe más de mí hasta la mañana siguiente, o mejor dicho, a la tarde siguiente. Desperté con el cuerpo adolorido, mi cama estaba vacía, pero no mi habitación. Encontré a mi presa nocturna asomándose por la ventana, completamente desnuda. El sol entraba al cuarto con una intensidad tan fuerte que hasta quemaba la piel. Sólo pude ver su figura negra a contraluz, hasta que se volteó y me vio despierto.

Caminó al otro lado de la habitación recogiendo poco a poco su ropa regada por el suelo, y finalmente pude detallarla mejor. Noté unas largas cortadas en su espalda, entendí que fueron los vidrios de mi ascensor, que dejaron unas líneas rojas espantosas que recorrían casi por completo su espalda blanca. Sus muslos tenían moretones oscuros, huellas que habían dejado mis dedos tras la noche de pasión. ¿De dónde saqué aquella fuerza para dejarla así? Ella no se estaba oponiendo a mi fuerza, ella se entregaba por completo.

Se agachó para recoger su ropa interior, al levantarse echó su cabello de ébano hacia su espalda, y ahí vi sus montañas. Sus pechos que a primera vista me resultaron tan atractivos, tan adictivos, tenían arañazos profundos dejando la carne viva a la vista. Un espectáculo casi truculento, no podía entender cómo yo pude haberle hecho semejante daño.

Recordé las conversaciones que tuvimos la noche anterior, lo inteligente y culta que era, me di cuenta que su boca no era sólo un juguete sexual, que ella recitaba poesías y frases de Rómulo Gallegos y de Otero Silva. Que juntos cantamos todo tipo de estrofas, gritamos a todo pulmón “soy desierto, selva nieve y volcán”, nos reímos con “mi Vecina” de los Amigos Invisibles, y hasta recordamos uno que otro chiste de El Conde del Guácharo. Una mujer interesante, inteligente y sincera.

Al recuperarme de mis recuerdos ya ella estaba completamente vestida, las lentejuelas ya no destellaban como ayer, eran solo puntos opacos en su vestido corto. Tímidamente me levanté de la cama y sólo pude decir: “Te apetece un café”, a lo que ella contestó: “guayoyo por favor”.

Fuimos a mi cocina y me dispuse a preparar el café. De la nada ella empezó una conversación animada, bromeamos, hablamos de la nueva película nacional y acordamos que deberíamos ir a verla juntos algún día. Al servirle el café noté que sus dientes, aunque perfectos en forma, estaban amarillentos. Sus ojos estaban enrojecidos y su cabello negro era una maraña interminable. Seguía siendo atractiva, pero entendí que la noche siempre oculta cualquier imperfección.

Tomamos el café con calma y minutos después me pidió que la despidiera. Yo accedí sin titubear para no ocasionarle más molestias, pero por dentro rogaba que se quedara, mi conciencia sólo me hacía recordar las marcas horribles que le había hecho en la piel. Al despedirnos, quise disculparme, y lo único que me contestó fue:

-          No te preocupes, yo te lo permití, y no eres el único que deja marcas en mí de esta manera.

Desde aquel día frecuento el mismo local todos los fines de semana, y doy con ella siempre. Entablamos conversaciones animadas y trato de convencerme de no maltratarla esta vez, pero su violencia me embriaga y termino por herirla de la misma manera.

Siempre es lo mismo, de noche se ve radiante, hermosa, ocultando todas aquellas imperfecciones que el sol siempre deja salir. Entabla conversaciones agradables y me hace llegar mentalmente a sitios hermosos, me hace filosofar y pensar en un mundo completamente nuevo, me divierte por un rato hasta que llegamos a la habitación, donde ella misma me hace sacar lo peor de mí. La hiero, la daño, la golpeo, araño sus montañas sin piedad. Sólo para que a la mañana siguiente ella me desfile por todo el cuarto las marcas que le he hecho, y suelo disculparme inútilmente sólo ofreciéndole una taza de café, lo cual nunca podría pagar por el daño que le hago todas las semanas. La amo, locamente, pero la daño cada noche, cada semana, después de haberla invitado a mi casa unas 446 veces, finalmente pudo decirme su nombre: CARACAS


Silvia Mercader Ferri

lunes, 22 de julio de 2013

Concurso Ideas Flash 2013 (1° Edición)

Como mis lectores han podido percibir en las últimas 12 semanas del blog, he sido parte de una experiencia semanal conocida como "Concurso Ideas Flash 2013" bajo la organización de Karly Villarroel, estudiante de la Universidad Simón Bolívar.

Dicho concurso, en el cual no sólo resulté ser la feliz ganadora del primer lugar sino también obtuve una buena crítica constructiva al término de esta actividad, consistía en realizar retos de fotografía semanales en el cual se publicaba un "tema" a la semana y los concursantes debíamos fotografiar algo relacionado con el mismo.

A continuación les resumo la lista de los 11 retos del concurso:

1 - "Un Poeta Extraviado"
2- "Una Canción Desesperada"
3- "Una Tasa de Cambio"
4 - "Un Deja Vu"
5 - "Un Duck Hunt"
6 - "Un Efecto Meissner"
7 - "Una Inspiración" (Basándose en el retratista Richard Avedon)
8 - "Una Turbinectomía"
9 - "Un Kame Hame Ha"
10 - "Una Cersei Lannister"
11 - "Una Idea Flash"

La dificultad entre semana y semana iba incrementando, pero el verdadero reto era poder mantener un eje conector entre cada fotografía, ya sea tomando en cuenta la técnica de la foto, personajes, objetos, enfoque, etc.

Al finalizar el concurso, la organizadora se tomó la molestia de dedicarnos unos minutos para ofrecernos observaciones positivas y negativas del trabajo de cada concursante, cosa que realmente se agradece especialmente para los amateur del mundo fotográfico. Dichas observaciones fueron dadas con la ayuda del profesor y fotógrafo Rolando Betancourt quien también formó parte dentro de la deliberación para elegir los ganadores del concurso.

El veredicto final fue:

1er Lugar: Silvia Mercader Ferri
2do Lugar: Rebeca Valdes
Mención Honorífica: Victoria Hercilia

Ahora, aparte de dar esta descripción de dicho concurso, me tomaré la libertad de manifestar mi opinión personal. Considero que la iniciativa de este tipo de concursos no debe ser tomada a la ligera y que trabajos como este se deberían realizar SIEMPRE. Es por eso que creo que es mi responsabilidad realizar esta reseña para demostrar la importancia de iniciativas de esta índole, apoyando a los talentos más jóvenes y alentando a que se generen más iniciativas de este estilo.

El concurso no solo fue llevado a cabo con toda la seriedad y compromiso que uno esperaría, sino también estuvo lleno de sorpresas agradables y de retos a la altura de sus participantes. Semana tras semana, nos encontrábamos sumidos en investigaciones, diccionarios, y hasta en páginas web de sinónimos y antónimos que nos permitieran dar alguna inspiración para poder definir en una fotografía el tema que la organizadora nos propuso para esos 6 días de trabajo. También habría que resaltar lo afortunado que fue el hecho de tener la libertad no sólo de poder escribir un corto ensayo sobre nuestra propia fotografía (en lo cual, debo declararme culpable al no ser siempre lo más breve posible) sino también el uso del photoshop o cualquier herramienta de edición de imagen para poder resaltar nuestra visión sobre el tema asignado.

Para la semana 11 del concurso, el tema de "Una Idea Flash" buscaba que los participantes reflexionáramos un tema que tal vez haya faltado, a nuestro juicio, en el concurso, algo que le quisiéramos agregar. Casualmente pareciera que todos hayamos querido expresar un cierre, una conclusión de la experiencia.
Mi fotografía se tituló "Un Juego de Perspectiva" ¿Por qué? No sólo porque la fotografía realizaba un juego de aproximación entre un objeto y una persona, sino también por el mismo objetivo de cada semana del concurso: explorar la perspectiva de cada fotógrafo según un mismo tema. Semanalmente pudimos ver diversas fotografías que enfocaban una misma frase, por lo tanto ese juego fue el verdadero protagonista de 11 semanas de creatividad.

Para concluir, me siento en la obligación en hacer un llamado responsable a cualquier persona que se sienta en la capacidad de realizar concursos de esta manera. Quisiera resaltar la palabra "responsabilidad" porque un concurso debe realizarse con el mayor compromiso posible, saber dedicarle el tiempo necesario y tener el suficiente ojo crítico objetivo para también poder desempeñarse como jurado. Es necesario recordar que los concursantes no siempre buscan el premio del primer lugar y nada más, el concurso debe ofrecer aprendizaje, diversión, esto no se hace para obtener dinero únicamente sino para poder explorar diversas opciones, es una manera de adquirir conocimiento altamente efectiva y el administrador de cada concurso debe estar a la altura de impartir una clase seria.

Agradezco enormemente a la señorita Karly Villarroel por demostrar estas virtudes y dejarnos a todos con las ganas de participar en una próxima edición de Ideas Flash. Invito a todos mis lectores a estar pendientes y participar, seré la principal vocera de esta iniciativa si es necesario

Gracias.
Atentamente
Silvia Mercader Ferri

lunes, 15 de julio de 2013

Mi Primera Historia de Terror (Basada en Hechos Reales)

Era de noche, eran las 7 pm a más tardar. Laura se bebía un vaso de refresco mientras sus amigos revisaban cuidadosamente una botella de color rojo carmesí, con una válvula y una manguera que le salía de un costado, Marcos le había dicho que se llamaba “Narguila”. Todos emocionados empezaron a seguir las instrucciones que Marcos les había dado para armarla y empezar a disfrutar de una esencia frutal. <<No debería fumarla – pensaba Laura – tantas veces que he regañado a mis papás por fumar cigarros, ¿Será esto igual de dañino?>>

-         - No te preocupes – dijo Alex, su pareja – es sólo por probar, no creo que sea más dañino que el cigarrillo que se fuma tu papá.

Laura sólo sonrió, <<Después de 4 años, todavía me lee los pensamientos>>.

Hacía tiempo que todo el grupo no se había reunido, desde que Marcos y Enrique viajaron a España por el verano, cada uno andaba más en lo suyo. Gabriel abría una botella de vodka, para preparar los tragos de la noche, como de costumbre. Laura se encontraba extremadamente cansada con el inicio de las clases universitarias, pero no pudo rechazar el aroma del jugo de naranja adulterado que le pasó su amigo.

Colocaron música y empezaron a echar anécdotas de la semana mientras los carbones para la Narguila ardían en la cocina. Laura besó la mejilla de Alex, ya le estaba empezando a crecer la barba otra vez, él parecía apenas notar el beso, pero le apretó la mano a Laura en señal de agradecimiento.

Justo al empezar a sonar Dazed and Confused , los carbones dieron señal de estar listos. Colocaron una especie de pasta pegajosa color vinotinto en un pequeño envase de porcelana que tenía aquella botella, la cubrieron de papel aluminio, y encima, los carbones encendidos al rojo vivo. Laura notó el leve sonido siseante al momento de que los carbones hicieron contacto con el papel. En seguida, Marcos aspiró fuertemente la manguera y un humo blanco poco a poco fue brotando de sus labios y fosas nasales.

-         -  Está lista – dijo Marcos con una sonrisa de placer casi cautivadora.

Se sentaron todos en el piso, colocando la Narguila encima de una pequeña caja de madera. Y uno a uno empezó a probar ese sabor dulzón, un vapor cálido que se alojaba en las papilas gustativas y se escabullía por la garganta. << Cualquiera pensaría que estuviéramos fumando droga >> pensó Laura, divertida. Antes de probarla ella, quiso ver la cara de su mejor amiga: Andrea. Al ver su sonrisa de aprobación se sintió más tranquila. Después fumó Víctor, Carlos, Enrique, y llegó su turno.

El sabor era algo que le atraía, pero nada era mejor que jugar con las franjas de delicado humo blanco. La forma en cómo figuras indescriptibles danzaban en el aire, en como pequeños bailarines nacían de la boca de sus amigos para realizar una fiesta encima de sus cabezas. Laura no escuchaba casi nada, el cansancio y el vodka sólo le permitía enfocar su atención en aquellas figuras tan particulares.

Sólo de vez en cuando escuchaba comentarios aleatorios, chistes sobre como sonaría cada uno si llegaran a probar una droga fuerte, aquello le resultó extremadamente entretenido, pero su atención se volvió a enfocar en el humo blanco. Hasta que Alex le volteó la cara de una manera delicada, y le estampó un beso compartiendo entre sus labios aquel humo dulzón. Un beso que nunca había probado, pero que le resultó divino, excitante, y sofocante.

Laura sólo se despertó un poco cuando Marcos se levantó a calentar otro carbón, el humo se había extinguido por el momento. Cuando volvieron a colocar los nuevos carbones una canción bastante apropiada empezó a sonar: Purple Haze de Jimmy Hendrix. Marcos consideró que era un buen momento para grabar un video de todos sus amigos fumando bajo esa neblina dulzona que invadía la sala de su casa. Cada uno preparaba su mejor cara, sólo para provocar más risas entre sus compañeros, aunque el ganador, por mucho, fue Enrique, cuando inocentemente hacía que se desmayaba gracias a los efectos secundarios de la pipa y por mala suerte terminó golpeando su cabeza contra un mueble. Las risas invadieron la habitación, el video se detuvo y siguieron fumando.

-          -Saben que pueden quedarse a dormir si quieren – dijo Marcos – así seguimos fumando.

-         - Si quisiera pero Laura tiene reunión de equipo mañana – dijo Alex – y creo que todos deberíamos descansar.

En ese momento ya era una hora cercana a la 1 de la madrugada, consideraron prudente levantarse y marcharse todos al carro de Alex, para dejar a todos los demás en sus casas.

Laura se despidió de los dos hermanos: Marcos y Enrique, con la promesa de que se verían pronto. Ambos la besaron en la mejilla y le dieron un abrazo enternecedor. Y subió a la parte trasera del carro de su novio, acompañada de Andrea, Carlos y Víctor. Posteriormente, Gabriel y Alex ocuparon los asientos de adelante.

Mientras el viaje en carro empezaba, Laura solo recuerda por un momento haberse recostado del hermano de Alex, Víctor, y dormitar por unos minutos, hasta que Andrea y Carlos se bajaron del carro y se despidieron sin muchos ánimos. Laura se acomodó y trató de mantenerse despierta el resto del viaje. Dejó que sus pensamientos viajaran entre las luces de la calle, fue contando los pocos apartamentos que todavía tenían la luz encendida a esas horas, pensó en Alex, en la Universidad, y sonrió al darse cuenta que todavía tenía en la boca esa esencia sabor a fresa de la Narguila.  Mientras iban por una subida estrecha, zigzagueando entre calles oscuras en dirección a la casa de Gabriel, sus amigos conversaban pero ella sólo observaba por la ventana, con la mirada perdida, sólo deseaba dormir.

Pero hubo 5 palabras que inexplicablemente capturaron su atención:

-          - Creo que nos están siguiendo – dijo Alex, a lo cual Laura le pareció un comentario poco importante.

Segundos después, un automóvil los adelantó e interceptó. Laura ni siquiera escuchó el carro aproximarse y sólo se preguntó en voz alta: “¿Y este qué?”

A continuación, lo nunca antes esperado.

Del carro se bajó un hombre, armado. Laura sólo lo recuerda como un hombre alto, y su cara se encontraba justo detrás de un arma corta y brillante, que reflejaba las luces blancas del carro de Alex. No pudo explicar qué estaba pasando, no escuchó nada, ni siquiera se pudo mover. Por un segundo deseó que sus ojos se hubieran perdido en un sueño, que Alex todavía estuviera manejando a casa de Gabriel y que sus amigos estuvieran todavía riendo sobre cualquier comentario alegre. Pero ese deseo terminó por ser absurdo, Laura ya ni sentía las piernas.

Alex siempre le comentaba que en situaciones así era mejor obedecer, bajarse del carro y entregar todo. No mirarlos a la cara y simplemente dejar que se salgan con la suya. Pero esa vez, Alex no siguió su propio consejo. Colocó su mano en la palanca de cambio y retrocedió, bajando a toda velocidad. Laura sólo pudo escuchar y obedecer a Víctor cuando gritó que debían colocarse los cinturones de seguridad, ella no podía creer lo que estaba pasando. Las luces que miraba hace unos segundos desaparecieron, sólo veía el perfil de Alex, ni siquiera pudo articular ni una palabra.

<<No nos van a alcanzar, este carro es más pequeño y más rápido, Alex los va a perder, llegaré a mi casa pronto>> pensó con total seguridad. Pero un sonido similar a un trueno interrumpió sus pensamientos, y pudo ver como el rostro de Alex giró rápidamente hacia la derecha, y una lluvia de vidrios invadieron el carro. El vehículo se detuvo en seco, Alex trató inútilmente en encender el carro nuevamente, hasta que un golpe nuevamente sacudió el carro, Laura todavía seguía en una especie de transe.

Al detenerse el carro, Victor abrió la puerta y salió, colocó sus manos al aire y articuló palabras para tranquilizar a sus agresores. Ella lo veía desde el otro lado del interior del carro, Laura permaneció inmóvil, la figura de Víctor se veía clara, pero cada vez se hacía más pequeña. Una sombra negra se asomó por la puerta de Víctor y empezó a arrastrarse al interior del vehículo. Laura a penas tuvo tiempo de pensar, sus manos buscaron desesperadamente el botón del cinturón del carro para liberarse, sin quitarle la vista a aquella sombra robusta, sin rostro. Se quitó el cinturón como pudo y salió desprendida del carro, colocando torpemente sus manos al aire.

Todo lo veía a modo paisaje, su vista no se enfocó en nadie ni en nada. Sin importar a donde viera, todo estaba en silencio, pero todo era caótico. Pronto su mente empezó a divagar, a hacer su propia historia en la cabeza: <<Se darán cuenta que soy la única mujer en el carro, me van a llevar, y nunca me conseguirán, mis padres buscarán mi cuerpo por días, estos hombres harán lo que sea conmigo, hasta suplicarles la muerte. Alex no podrá hacer nada, agarrarán el carro conmigo adentro, son cuatro hombres no podré contra ellos>>

Su vista de pronto se enfocó en Alex, quien se bajaba lentamente del carro sosteniendo su billetera en la mano y ofreciéndosela a uno de sus agresores, el cual la agarró y la tiró al suelo sin darle mayor importancia.

<<Ellos no quieren dinero, Alex, quieren tu carro, y a tu novia, tal vez no buscaban mujeres, pero la consiguieron, no hay protesta que valga, ellos mandan ahora>>. Sintió un aroma a pólvora en el aire, pudo observar el carro de sus agresores colocado casi perpendicular al carro de Alex, y con mucho trabajo pudo entender de dónde provino el segundo impacto.

<<¿Corro? ¿A dónde? Nadie me abrirá la puerta de su casa. Y si lo hago, ¿Me dispararán?, ¿Alex correrá conmigo? ¿Y si hay más personas más adelante esperándome a que cometa ese mismo error?>>  

Laura pasó su vista en menos de un segundo por todas las calles, rejas, parques, aceras que había delante. Y se dio cuenta que esta acorralada, a sus espaldas solo había un muro de una casa, y ni siquiera consideró en tocar la puerta, nadie respondería a su auxilio.

El conductor del otro carro se bajó tranquilamente del vehículo, armado. Observó a Alex detenidamente, apuntó su arma, Alex ni siquiera pudo reaccionar, permaneció inmóvil, sus ojos parecían absortos entre lo que estaba sucediendo, hasta que el hombre armado pronunció:

-          - ¿Tú crees que esto es un juego?.

Acto seguido: disparó el arma, Alex se desplomó en el suelo.

Laura no sabe cuantos segundos pudieron pasar, todo se tornó negro. <<Lo mataron, Alex está muerto>>, la semana siguiente cumplirían otro año más juntos, la relación más larga que ambos hubieran tenido en sus vidas, pero ya, nada de eso importaba. La mente de Laura se llenó de susurros, de conversaciones, de risas, de llantos, de discusiones, de gemidos, de saludos, de sonidos de besos, los 4 años juntos dejaron de existir, ya nada tenía sentido. Pudo ver su primer beso, pudo escuchar conversaciones de teléfono que duraban horas, pudo ver su primera pelea, pudo escuchar el último “te amo” que le había susurrado al oído. Pudo sentir el peso del collar que le había regalado al mes de haberse juntado. La plata del collar se torno gélida, sintió como le quemaba la piel, el corazón que guindaba de la cadena no medía más que medio centímetro, pero sintió que pesaba millones de toneladas, sintió un peso que la anclaba al suelo donde estaba, sus sentidos sólo se enfocaron en ese dolor, ella creía que estaba acostumbrada a no sentir esa cadena en su cuello, pero ahora, la estaba ahorcando, Laura no se atrevía a respirar. Sus oídos zumbaban, solo escuchaba un sonido constante y ensordecedor, como si estuviera en un túnel de metro.

En cámara lenta pudo ver a Victor gritar el nombre de su hermano y lanzarse al suelo, pero su voz se escuchaba a lo lejos, el zumbido parecía incrementar a cada segundo. Laura enfocó nuevamente la vista, los dos carros habían desaparecido, ella no los vio partir. Sus piernas se durmieron, ella se quedó ahí, parada.

Hasta que por fin, pudo distinguir un sonido claro, algo en su cabeza le gritó <<MUÉVETE>>. Automáticamente, empezó a recobrar sus sentidos, se dio cuenta que hacía frío en el aire, hacía un silencio mortal, sintió su boca seca, la cual estaba un poco entreabierta, dejando pasar el aire suavemente a sus pulmones sin ella notarlo. Sus pies empezaron a andar, y a correr hacia donde estaban las espaldas de sus dos amigos agachadas en el suelo, cubriendo el cuerpo de su novio. Hasta que pudo ver el rostro de Alex frente a frente, ahí, tirado en el pavimento. Sus ojos no miraban a nadie en particular, sólo el cielo estrellado. Su rostro era serio, casi enfadado, Laura apenas pudo notar su mano izquierda agarrándose su hombro derecho. Ella sólo se atrevió a respirar cuando los labios de Alex modularon las palabras:

-         - Tranquila. Sólo me rozó el brazo.

Silvia Mercader Ferri
Septiembre 2008
Caracas


domingo, 14 de julio de 2013

Concurso ideas flash 2013 - Semana 11

Tema: una idea flash

Se nos sugirió elegir nuestro propio tema, el que nosotros pensaramos que faltaba en el concurso.

Mi tema: un juego de perspectiva

lunes, 8 de julio de 2013

The Difference Between Sex and Love

Sex is getting naked, Love is getting naked while you listen Dazed and Confused

Silvia Mercader Ferri

domingo, 7 de julio de 2013

Concurso Ideas Flash - semana 10

Una Cersei Lannister

Como fanática de la saga de George Martin: Canción de Hielo y Fuego, puedo decir que Cersei es uno de los personajes más complejos de la saga. Algunos tienen poderes sobrenaturales, algunos complejos de inferioridad, algunos tienen dragones, pero Cersei es completamente HUMANA.

Es una mujer poderosa, con una cierta atracción a su hermano gemelo que realmente puede darse por la genética, no por problemas psicológicos como uno esperaría. Fue criada en un mundo enteramente machista, con el claro conocimiento que ella nunca reinaría ni sería dueña de nada, por el simple hecho de nacer sin un miembro masculino entre sus piernas.

Sin embargo, es una mujer ambiciosa. Usa su infinita belleza para obtener lo que consigue, y más, una mujer inteligente, sí, pero muy sola. Una mujer que sabe bien jugar sus cartas, que a pesar de todo sigue reinando por encima de los hombres. A pesar de su malicia, sus ambiciones y su crueldad, lo único que la mantiene atada a este mundo material, son sus hijos, a quienes ama por encima de todo.

Si Cersei Lannister viviera en este mundo, sería una mujer de poder, una mujer que con solo un clic en su computadora puede dominar al mundo, mientras bebe sorbos de vino rojo y con una sonrisa cautivadoramente peligrosa. Haría TODO por conseguir lo necesario para sus hijos.

Silvia Mercader Ferri

martes, 25 de junio de 2013

Carta a un hermano venezolano

Esta carta no va dirigida a los profesores que alimentan de sabiduría a sus alumnos mientras dejan de alimentar a sus propios hijos, tampoco va dirigida a los estudiantes que mientras su futuro cada vez parece más incierto se llenan de protestas, críticas, reuniones, preocupaciones, y dejan de tener clases, tampoco va dirigida a los egresados de las universidades, gente como yo, que sabemos el valor de nuestras respectivas casas de estudio y que daríamos todo por hacer que ellas sigan con la calidad que conocimos alguna vez.

No, esta carta va dirigida  a ti, a esa persona que está en su carro, estacionado, en la autopista a la hora pico mientras escucha por la radio o lee en twitter que hay una protesta de unos “chamitos” que andan exclamando un “presupuesto justo”. Esta carta va dirigida a esos padres cuyos hijos aún gozan de la seguridad y de la inocencia de los colegios, que ven desde la comodidad de sus salas esas protestas y esas fotos por su celular de unos muchachos vestidos con camisas amarillas, con escudos y con caras pintadas de indignación. Esta carta va dirigida a aquellos profesores que renunciaron de ejercer su vocación y que hoy en día los oyes decir “qué bueno que me salí de ese rollo”.

Querido hermano venezolano, yo hoy no te vine a hablar de cifras que no manejo, no te vine a hablar de las listas de laboratorios que han cerrado en mi universidad por falta de dinero, yo hoy no te vine a hablar de las materias que están dejando de darse en mi alma mater porque hay profesores que ya no pueden mas. Yo vine a hablarte, hermano, de qué fue, o perdón, que ES mi universidad.

Entrar a la Universidad Simón Bolívar no fue fácil, y lo digo con toda propiedad ya que tan solo a mi segundo intento fue que pude quedar y no precisamente en la carrera que hubiera deseado. Tuve que seguir peleando mi futuro para poder tener un cambio de carrera, tuve que llorar, tuve que soportar críticas de algunos preparadores que me decían que ese cambio de carrera era “imposible”, tuve que surfear entre profesores que decían que mi carrera, Arquitectura, era una opción que debía ser estudiada a fondo, que no cualquiera merecía ese título. Afortunadamente obtuve mi cambio de carrera al segundo año, sin sufrir retrasos académicos y con un índice aceptable. Pero la lucha no terminó ahí.

En mi carrera existe algo más que pruebas intelectuales, no es como en otras profesiones dónde en un parcial el resultado de un ejercicio es el que te dice si apruebas o no apruebas. Nosotros en arquitectura somos probados de mil formas. Escuchamos miles de veces a miles de profesores cuestionar si nosotros deberíamos estar ahí, si Arquitectura es una carrera para nosotros, y muchos (incluyéndome) caemos en la trampa y también nos lo preguntamos. Pero somos tercos, y seguimos cortando cartón hasta que las hojillas perforen nuestra mesa de trabajo (o la del comedor de nuestra casa).

Tenemos pruebas psicológicas, pruebas de equipo, compañerismo, dónde la pregunta ante un trabajo grupal no es “¿Quién tiene la capacidad suficiente?” sino “¿Quién sabe trabajar conmigo?”. Muchas amistades se pierden en el proceso, existen muchas críticas y muchas reflexiones sobre quién es tu amigo, quién es tu compañero de trabajo y quién es tu competencia.

Llegamos a la conclusión de que el stress sí da fiebre, y tratamos de engañar a la gripe durante meses, sólo para terminar cayendo en una suerte de terapia intensiva de jarabes para la tos, atamel y cualquier brujería que nuestras madres y abuelas nos preparan sólo para poder seguir maqueteando. Conocemos perfectamente la hipotermia y hasta llegamos a sobrevivirla después de estar hasta las 11 de la noche en las afueras de nuestros salones de clases, mientras nuestros profesores evalúan nuestros trabajos finales. Conocemos a la perfección la proporción exacta de la combinación de café y Coca Cola para mantenernos despiertos durante días. Nuestro cerebro tiene el adecuado reloj biológico que te dice cuándo despertarte antes de que el autobús, o metro, siga de largo de la estación en la que deberíamos quedarnos. Tenemos un estudio de mercadeo donde se muestra qué comedor es el adecuado dependiendo de la comida, la hora y hasta el clima. Muchos de nosotros tenemos el gps adiestrado para conocer el camino más corto a pie entre dos puntos cardinales de nuestra universidad para llegar a tiempo de una clase a otra. Y la lista de destrezas solo sigue y sigue.

Hermano, bajo todas estas experiencias aprendí más que el uso del Autocad y Photoshop. Me llegué a conocer a mí misma, conozco mis debilidades y me dio gusto conocer que mis fortalezas eran muchas. Entendí que los profesores a los que más les tenía miedo eran los más asustados a la vez. Aprendí que los más soberbios eran a su vez los más inseguros en sus decisiones y críticas. Aprendí que todos los estudiantes son buenos en algo, pero que esa virtud no siempre es evaluada en el salón de clases y que no por eso tiene menor valor, solo es incomprendido. Aprendí a que el valor de la universidad no está entre sus estructuras de concreto, sino en las vibraciones que tienen lugar en su interior. Aprendí que el eco de la voz de un profesor sólo se escucha si es recibida por el alumno que desea repetir su aprendizaje.

Hermano venezolano, no vine aquí a que te levantes y tranques la calle con los estudiantes si no lo crees correcto, no vine aquí a hacer que tus hijos deseen estar en una universidad en el extranjero o en una universidad privada para evitarse “problemas”. Vine aquí para que recuerdes lo que fue estar en esos pasillos, a que recuerdes esas notas de clase que tomaste en una hoja prestada de un amigo, a que recuerdes las fotocopias que tuviste que sacar de los apuntes de la “lumbrera” de la clase. Vine a que recuerdes tu frustración, vine a que recuerdes la vida universitaria, y que ahora le sumes el hecho de que no haya dinero para remunerar esos momentos. Quiero que agarres esos recuerdos y que te los arranques de la memoria, quiero que agarres esas experiencias y las olvides. Quiero que de repente, dejes de conocerte a ti mismo como te conoces ahora. ¿Terrible verdad? ¿Te sientes solo? ¿Qué pasó con esos momentos de pasión que tuviste con esa novia universitaria detrás de ese salón escondido en el último piso de un edificio? ¿Qué paso con esas caimaneras que seguro participaste aunque sea una vez? ¿Qué pasó con tu tesis? ¿Qué paso con tu vida ahora?


Hermano, no vine aquí a llamarte a protestar, vine aquí a que entiendas qué está pasando. Vine aquí a que en vez de molestarte e insultar a esos muchachos que están a la punta de la cola, protestando, más bien llores por ellos. Vine aquí a que no pases de largo a esas noticas que lees en el periódico o redes sociales, vine aquí para que vuelvas a ser, por 5 minutos, estudiante otra vez y que no abandones a tus compañeros de clase.

Atentamente
Silvia Mercader Ferri
Arquitecto, Uesebista y Venezolana.

lunes, 24 de junio de 2013

Concurso Ideas Flash - Semana 8

Tema: "Una Turbinectomía"

" Turbinectomía: intervención quirúrgica que se realiza a través de las fosas nasales que tiene como finalidad la disminución del tamaño del cornete inferior para permitir la respiración nasal.
Dicho procedimiento (según las indicaciones médicas) se puede realizar por medio de láser, radiofrecuencia o microdebridador para reducir el volumen del cornete. Pero ¿qué pasa si el problema está a mayor profundidad? ¿qué pasa si el problema no es algo físico?

Tomando en cuenta que el olfato (según los psicólogos) es el mayor evocador de recuerdos, ¿puede un aroma realizar este procedimiento y disminuir otro tipo de dolor?

Los vapores de un perfume pueden pasar a través de nuestras fosas nasales y recordar a esa persona que tanto extrañamos, puede sanar nuestros recuerdos, puede cubrir nuestra nostalgia.

Las ondas producidas por un té o un café pueden reconfortar nuestros sentidos y puede darnos ese optimismo que ni la vista, ni el tacto, ni gusto pueden ofrecernos.

Nuestras manos pueden sentir miles de vestidos, nuestros ojos pueden ver miles de rostros parecidos, nuestros oídos pueden confundir las voces, pero sólo nuestro olfato puede reconocer el olor inconfundible de nuestra madre al momento de abrazarnos.

Podemos ser ciegos, podemos ser mudos, podemos arrancarnos la lengua y seguir viviendo, pero nuestro olfato forma parte de un universo que damos por sentado, pero si llega a desaparecer, aprenderemos a olvidar fácilmente. "

martes, 18 de junio de 2013

Un recuerdo...Una conclusión

"La vida es eso que pasa mientras tomas sorbos de vino al ritmo de los acordes de una guitarra de un amigo que fuma un cigarro prestado"

Silvia Mercader Ferri

domingo, 16 de junio de 2013

Concurso Ideas Flash - Semana 7

Esta semana se nos pidio fotografiar una "Inspiracion" nuestra imitando al famoso retratista Richard Avedon

" Una Inspiración, Mi Inspiración.
Como Dalí y Gala, mi musa, mi razón de ser.
Rafael Rodríguez"

sábado, 8 de junio de 2013

Concurso Ideas Flash - Semana 6

"Un Efecto Meissner"

Es aquel fenómeno físico donde dos cuerpos de la misma carga se mantienen equilibradamente distanciados por la fuerza de su campo magnético. Cuando las cargas son iguales pero opuestas, estos cuerpos se atraen, cuando son iguales, se repelan. Este efecto no se encuentra solo en la física experimental y teórica, es un hecho social y psicológico que ha perseguido al ser humano desde el momento de su interacción con otros.

Todos somos como piezas de ajedrez en un plano horizontal, algunos somos torres, reyes, peones, alfiles, pero cada uno tiene su propia carga e intensidad. Al conseguirnos nuestro polo opuesto, la atracción es inmediata, pero cuando conocemos una pieza igual a nosotros, la alejamos con la mayor intensidad posible. Somos como animales frente a un espejo, que se ven a los ojos pero en vez de acercarse a ese reflejo, no reconocemos esa imagen y le gruñimos con rabia. Nunca reconoceremos que esa pieza es igual a nosotros, pero sin ninguna explicación la alejamos equilibradamente.


El efecto meissner es una ley de vida, debemos reconocer que vivimos en un tablero magnetizado y que aquellas cosas que solemos distanciar, sólo lo hacemos por razones completamente físicas, no lo podemos evitar, porque es la forma en como este tablero se mantiene de cierta forma equilibrado.


Silvia Mercader Ferri

domingo, 2 de junio de 2013

Concurso Ideas Flash - Semana 5

Tema: "Un Duck Hunt"

Para mi, las palabras "duck hunt" me remontan a una época donde una consola de videojuegos era más que un simple juguete. Una época donde el valor de un videojuego era más por la forma en que tu imaginación te hacía confundir lo virtual que lo real, que por sus gráficos. Una época donde un arma de plástico rojo y gris me hacía sentir una persona invencible, pero nunca una persona violenta.

Silvia Mercader Ferri

sábado, 25 de mayo de 2013

Concurso Ideas Flash - Semana 4

"Un Deja Vu"

Deja Vu, "Esto lo he vivido" una y otra vez. Esa sensación de un momento repetido, un momento que ha pasado una vez, dos veces, infinitas veces. 

"Esto ya ha pasado antes", sí, y volverá a pasar.

Porque el ser humano no aprende de sus errores, porque el pasado esta destinado a repetirse, porque la vida es un constante Deja Vu



Silvia Mercader Ferri

lunes, 20 de mayo de 2013

Somos líneas

"Al final, sólo somos líneas rectas con inclinaciones diferentes... pero lo importante es saber que ninguna es paralela a la otra....todos nos intersectamos en algún punto en el espacio"

Silvia Mercader Ferri
Arquitecto

domingo, 19 de mayo de 2013

Concurso Ideas Flash - Semana 3

Tema: " una Tasa de Cambio" 

Tasa de Cambio: Relación que existe entre dos divisas. Indicador que expresa cuántas unidades de una se necesitan para obtener la otra".

La realidad económica que vivimos en cuanto a esta definición excede el entorno económico y empieza a afectar nuestro entorno social. Al enfrentarme con esta definición, aparentemente inocente y sencilla, me pasaron por la mente millones de imágenes, y ninguna tenía que ver con números. Pude ver trabajadores, pude ver ingenieros, arquitectos, médicos, obreros, abogados, comerciantes, panaderos, estudiantes, egresados, madres, padres, niños, todos realizando su mayor esfuerzo, todos sacrificando su día a día para obtener nada más y mada menos que solo un porcentaje de su verdadera remuneración. Trabajamos y nos esforzamos para ganar 100$ y nos pagan como si hubiéramos trabajado 1Bs. Compramos para gastar 1Bs y pagamos como si costara 100$. La primera y única frase que se me ocurrió al enfrentarme a esta definición es: "Nos estamos bebiendo el sueldo, y la resaca ni siquiera vale la pena".



Silvia Mercader Ferri

martes, 14 de mayo de 2013

Hombre de Mar

Olas suenan con furor
Una gorra para el sol
y una sonrisa mañanera.
Decía con educación:
"Dos cucharitas, por favor"
Y una risa a su manera.

Un abrazo para el nieto
un regaño para el yerno
Y un saludo para el calor.

Sin pensar que en sus días
saludaba en la marina
Al capitán de su nave
Con firmeza y con agarre.

¿A dónde te fuiste,
Hombre de Mar?
Que nunca te vi zarpar,
y tampoco enojar
con los pajarillos a tus pies

Un machismo entusiasmado,
un abrazo enamorado
A esa mujer que te vio sudar
o, según tú, en tu cama miccionar.

Historias incomprensibles
En un idioma inconfundible,
De peleas en un bar,
De amantes al otro lado del mar
y de aventuras que ni Verne pudo narrar.

¿A dónde te fuiste,
Hombre de Mar?
Que te marchaste sin avisar,
tus manos pude agarrar
y un último suspiro me hiciste rogar.

Unas velas contra el cielo,
un murmullo en el viento
nunca dejaste de escuchar.
Porque tu vida era de un barco la cubierta,
Tus preocupaciones una isla desierta
y tus amigos peces en el mar.

¿A dónde te fuiste,
Hombre de Mar?
Nos dejaste sin isla donde encallar,
Nuestro barco sin capitán
y nuestros corazones sin historias que escuchar.

Siempre tu respeto me quise ganar,
Oh, Hombre de Mar,
como te pude admirar.
¿Será que el corazón de uno de tus nietos
Finalmente me pudiste regalar?

¿Por qué te fuiste,
Hombre de Mar?
Tus pisadas en la bahía
el mar no podrá borrar.
Viento en popa a la melancolía
y un ancla de recuerdos que ni Dios nunca podrá levar.



Autor y Fotografía por: Silvia Mercader Ferri

Dedicado a: Julio Valente y a sus nietos

domingo, 12 de mayo de 2013

Concurso Ideas Flash - Semana 2

"Un Canto desesperado"

Todos hemos pasado por aquel momento donde la frustración y la tristeza no nos dejan sacar palabras al viento. Tratamos por horas, días y semanas en buscar las palabras exactas para gritarlas y hacernos sentir al menos un poco mejor. Hasta que aparece esa canción, esa canción que lo explica todo, esa canción que escuchamos y cantamos al mismo tiempo, una y otra vez. Realizamos ese canto desesperado tantas veces hasta que todo deje de tener sentido. Ese canto que duele, pero que nos recuerda que estamos vivos.



Silvia Mercader

sábado, 11 de mayo de 2013

Concurso Ideas Flash - Semana 1

Recientemente me he unido a un grupo/concurso de fotografía bastante interesante, se trata de publicar semanalmente una fotografía referida a un tema. Es una iniciativa de un grupo de chicas de la Universidad Simón Bolívar, y me pareció una muy buena idea apoyarla y unirme.

Semanalmente, publicaré mis contribuciones a este proyecto.

Semana N°1
Tema: "Un poeta extraviado"

"Un poeta Extraviado"

Al leer este título, no pude evitar tomarlo de manera personal, ya que, entre muchas cosas que hago, suelo escribir poesía. Esta fotografía muestra un día a día de cualquier persona normal de este siglo: facturas, cuentas tarjetas de crédito, café, un cigarro, herramientas necesarias para lograr "subsistir" en este mundo moderno. Se puede tomar esta fotografía desde dos puntos de vista: 

1- que el "poeta" tuvo que abandonar su escritura para poder conseguir un trabajo de oficina y "se fue" de sus sueños para pagar por su vida en este mundo
2- (la opción que me gustaría pensar) que dejó atrás su chequera, tarjeta de crédito, sus cuentas y sus vicios....y se dedicó a VIVIR

¿Cual será el camino que el poeta en nosotros tomará?




Silvia Mercader Ferri

domingo, 24 de marzo de 2013

La Sagrada Familia


Fotografía de: Silvia Mercader Ferri
Lugar: La Sagrada Familia, Barcelona, España


sábado, 23 de marzo de 2013

Los Límites de Caracas


Al definir la ciudad de Caracas, me encuentro con diversas perspectivas, diversas vistas que a lo largo de mi vida fui descubriendo con sorpresa. Si hace 15 años me hubieran pedido definir mi ciudad, por medio de sus límites, no hubiera contestado con exactitud, porque en ese entonces, mi ciudad no poseía límites. En ese entonces, estaba acostumbrada a una arquitectura caraqueña libre, con espacios como los que conseguimos en Bellas Artes donde los edificios y los espacios públicos son uno sólo, donde las plazas te permiten reconocer el entorno sin sentirte encerrado ni agobiado.

Ahora, hay que reconocer que Caracas es otra. Uno se ve obligado a encerrar la ciudad dentro de muros concentrados. Muros que cada vez son más densos y nos van cerrando más y más. La percepción caraqueña ha cambiado completamente. Se podría decir que la Caracas de ahora no se presenta de forma “dinámica” sino de forma “agitada”; se puede ver en el movimiento de los transeúntes como en la arquitectura que ellos recorren. Las personas en las calles se asemejan a un río moviéndose entre un laberinto de construcciones y edificios cada vez más próximos unos de los otros. Las calles de la ciudad ondean entre las urbanizaciones a medida de que se van apoderando del terreno, de forma aleatoria, sin orden.

Las plazas en Caracas ya no suelen tener una función de reunión entre sus habitantes. Las plazas ahora poseen una función de respiro, de desahogo, un lugar en donde este río de personas desemboca en área limpia de construcciones, rodeada, generalmente, de calles anónimas. Las plazas van cobrando menos importancia, adoptando más el papel de “punto de referencia” para poder darle pistas a los transeúntes de dónde ubicarse en este laberinto ondulado. Es esta aglomeración de construcciones que hace que los caraqueños puedan recorrer cada vez menos la ciudad a pie. Ahora, los caraqueños se están acostumbrando más y más a experimentar la ciudad desde la ventanilla de un automóvil, como si la vieran desde una televisión, sin sentir los olores, las temperaturas, el sol, el sonido real de la ciudad, simplemente desplazándose de un territorio a otro por caminos “seguros” y “sin pérdida” y dejando cada vez más en abandono estos pasillos orgánicos de rayos de luz filtrada entre un bosque de edificios.

Este mismo “dinamismo” lo podemos ver durante los días y noches en la ciudad. En el día, el sol revela un collage de edificaciones bastante variado, donde edificios antiguos y plazas heredadas de nuestros antepasados, de colores tenues, conviven en el mismo espacio con edificios novedosos, de mayor escala y colores más brillantes. Pero, al caer la noche, todos estos colores se esconden (junto con sus habitantes) y se observa que el mismo cielo estrellado se confunde con una masa de luces en el fondo de la ciudad, a lo lejos.

Es gracias a esta ocupación aleatoria de la ciudad, que Caracas posee unos límites muy difusos, no hay una línea propiamente trazada que defina el fin de la ciudad y el principio de otra, es, más bien, una percepción visual la que nos indica que dejamos la ciudad caraqueña atrás. Siempre se ve a la distancia una masa de construcciones precarias y coloridas que ocupan el paisaje de fondo de la ciudad; al dirigirnos a las afueras de Caracas, podemos ver que estas “casitas de colores” van gradualmente quedando atrás y el paisaje poco a poco se va desnudando hasta mostrarse virgen y sin intervención del hombre, ahí es cuando sabemos que Caracas está a nuestras espaldas.

Autor: Silvia Mercader Ferri

Un último café contigo


…Y así pasó,
Tu última sonrisa de nostalgia
Se dibujó,
Él tomó tu mano
Y te acompañó
A esa eterna danza,
Como la de aquella noche,
Que una vez recordaste en mi terraza.

…y te alejó

Nunca había visto un cielo azul tan nublado,
Porque a pesar de que las nubes te dieron paso
Nosotros pusimos murallas de impotencia con nuestros brazos.

…y finalmente dijiste adiós

Con una sonrisa de despedida te fuiste,
Y con la misma sonrisa de reencuentro
Lo recibiste.
Dichosos serán sus labios
Que te esperaron pacientemente más de 20 años.

…y yo aquí

Con los pies bien puestos en la tierra
Y mi corazón en ti.
Tomándome un último café contigo
A la luz de un triste amanecer.

Pido disculpas por mi egoísmo,
Por robarme el recuerdo de aquellos días
Y quedarme con los momentos de alegría
Por no querer presenciar tus últimos suspiros
En nuestra compañía.

… y aquí estoy

Tomándome un último café
Con el fantasma de tu recuerdo
Mientras tu taza se enfría
Y con la triste ilusión de que escuches mi despedida,
Que no pude darla antes, tal vez,
Por cobardía
O por respeto,
Respeto a tus labios sonrientes,
A tus manos suaves, y a tu debilidad siempre AUSENTE.

…y me pregunto

Así como él se apoyaba en tu hombro
…al salir
¿Tu también agarrarás mi mano
Al cruzar la calle?
Al defender un proyecto?
O al buscar tus respuestas en el aire?

Autor: Silvia Mercader Ferri
Dedicado a: Laura Sette de Ferri

El Jardín que vivió conmigo


Y aquí estoy, corriendo, sin aliento… buscando algún espacio entre los arbustos para poder esconderme. Veo un pequeño hueco entre las matas y la pared, justo de mi tamaño, aquí me quedaré. Mientras espero entre las sombras de las hojas un tanto húmedas por la lluvia de anoche, escucho los pasos de mis amigos por todo el lugar, riendo, todavía frustrados por no encontrar un escondite como el mío. Luego, un silencio, sólo interrumpido por la voz de uno de mis compañeros de juego, a lo lejos, diciendo claramente el aviso del inicio del juego: “listos o no, allá voy!”. Mientras espero, impaciente, observo mí alrededor. Un árbol pequeño, de hojas grandes que suelta un fruto muy parecido a la uva, pero más pequeña y de semillas más grandes. Sólo escucho el sonido de las olas del mar a lo lejos, detrás de los muros que encierran este jardín. 

Quizá uno que otro chapoteo de algún niño en la piscina pequeña. Observo que hay una pelota colorida escondida en la grama, la cual todavía no ha sido podada con el inicio de las vacaciones veraniegas. Pienso en agarrarla, pero no me puedo arriesgar, si me encuentran, tendré que buscarlos a ellos la próxima vez. Me quedo sentada un largo rato, escucho como mis amigos corren tratando de burlar al que nos está buscando, sin éxito. A  mi espalda se escucha el eco de sus pasos, que van por la planta baja del edificio en el que duermo temporalmente, justo cuando siento que pasa de largo, empiezo a correr. Paso a toda velocidad esta grama verde esmeralda que me rodeaba, ignoro la pelota colorida, trato de esquivar uno que otro hormiguero escondido en la tierra, subo los dos escalones que separan el área común de este jardín. Casi resbalo por el agua de la piscina encharcada en el piso de concreto. Cruzo todo este espacio a la velocidad que mis 8 años  me permitían obtener, animada por los gritos de mis compañeros, logro burlar al buscador y con una sonrisa toco con el brazo extendido la columna que nosotros denominábamos como “taima”, y con un tono de triunfo grito con alegría: “uno, dos, tres, por mi!”, acabando el juego de inmediato. Me volteo para ver el panorama, veo el buscador frustrado a lo lejos, todo mezclado con los colores azules, verdes y tonos de grises del cielo, las piscinas, el edificio, y los dos jardines que lo bordeaban, escondiendo infinidad de flores, palmeras e insectos que nos acompañaban en todos los juegos.

Y así pasaban todas mis vacaciones, con mis primas y mis primeros amigos. Durante las noches, nos sentábamos en un mobiliario de concreto ubicado en el fondo de los jardines de estas residencias. Contando todo lo que nos había pasado durante el período de clases, riendo. Sólo iluminados por un foco de luz que enfocaba el estacionamiento allá abajo, creando un juego de tramas sombreadas provenientes de las palmeras que nos rodeaban. Pasábamos horas charlando, mientras las hormigas nos acompañaban sin mostrarse agresivas. Siempre había un momento para las historias de miedo, que involucraban a brujas transformadas en lechuzas blancas, posadas sobre los árboles de estos jardines, era imposible evitar mirar hacia arriba, deseando no ver ningún espectro así. Todo, mientras escuchábamos ruidos indescriptibles detrás del muro que separaba nuestro espacio de las casas de al lado, viejas y sucias.

A veces, cuando nos sentíamos valientes, bajábamos cuidadosamente el pequeño barranco que conectaba el estacionamiento, de este jardín trasero. Era algo peligroso, considerando que estaba decorado con todo tipo de cactus y demás vegetación xerófila, ubicada entre piedras grandes y rugosas. Saltábamos el pequeño antepecho que protegía esta jardinera, y corríamos por el estacionamiento, de noche, sólo oyendo el sonido del tanque de agua de la piscina, y el subir y bajar de los ascensores.

A medida que fui creciendo, mis diversiones fueron variando, pero el jardín en el que estaban, siempre fue el mismo. Con el pasar de los años, las baldosas, mesas y tumbonas del área común con la piscina fueron cambiando, pero el jardín seguía teniendo el mismo aroma, las mismas flores y la misma grama. Todavía recuerdo con extremo detalle esas flores, a veces rosadas, a veces blancas, que caían de un árbol bastante pequeño. Recuerdo haber agarrado los carbones de las parrillas familiares que se hacían en los fines de semana, para hacer mis primeros dibujos en esas sillas de concreto. Recuerdo haber llorado en ese mismo lugar, recuerdo haber reído, recuerdo haber amado. Y ahora, recuerdo haberme despedido.

Tras la muerte de uno de los seres más queridos para mí, tuve que decir adiós a estos jardines que me acompañaron en todas las etapas de mi vida. Recorrí muy lentamente sus espacios de grama, con las flores de colores tumbadas en el suelo; bajé por última vez por ese barranco lleno de matas con espinas, ya no era tan peligroso, los cactus estaban casi muertos, el sótano ya no daba el mismo miedo que antes. Reconocí varios dibujos en las paredes, algunos hechos por mí, otros por mis amigos. Di mi último “uno, dos, tres, por todos” en la “taima” de siempre, aunque ya no había nadie a quien burlar, ya no quedaba nadie escondido.

La grama estaba extrañamente podada, pero ya no había pelotas de colores que recoger. El sol se estaba ocultando, iba a llover. Las uvas playeras no sabían igual. El eco en la planta baja había desaparecido. No había espectros en los árboles, no había brujas que temer.

Parada, en mitad de la grama, me vi correr. Me vi acostada en las baldosas, de noche, cantando cualquier tonada popular en aquella época, a todo pulmón, en coro con mis primas y amigos. Me vi lanzando globos de agua, humedeciendo la tierra hasta que se convirtiera el lodo. Me vi apoyada en esas palmeras, confesando mis sentimientos a un chico. Me vi creciendo, al mismo tiempo que crecía cada planta en ese jardín. En fin, me vi viviendo.

Y ahora que ya no voy a ver más este jardín, entierro una última semilla la tierra, para que crezca fuera de la sombra de estos edificios, para que escuche el mar a lo lejos, los niños corriendo, el eco de la gente en planta baja, para que sienta el aroma de las flores rosadas y blancas, para que saboree las uvas playeras, para que juegue con las hormigas. Para que viva, como viví yo.

Autor: Silvia Mercader Ferri

No Digamos Nada...




Hoy, que estás aquí
Vamos a acostarnos en la cama,
Para verte sonreír,
Y que no digamos nada.

No digamos nada
Porque las palabras sobran en el cielo
Déjame verte las alas
Que te pusieron cuando luciste mi cruz en tu pecho.

No digamos nada
Y mirémonos a los ojos
Intentemos desenterrar lo que muchos dejan bajo las sábanas
Y pongamos a volar lo que otros tienen amarrado a sus almas.

No digamos nada
Y lograremos hablar la lengua de quiénes se aman,
Con nuestros ojos cerrados, brazos abiertos
Y nuestras manos bailando al ritmo del corazón en movimiento.

No digamos nada
Y sanemos nuestras heridas
Con nuestras lágrimas de fantasía
Que caen pero no dejan tu camisa mojada.

No digamos nada
Para no aburrir a mis ventanas
Sólo quédate aquí, mientras suspira el viento
Con otro de nuestros dulces e inexplicables besos.

No digamos nada
Pero vamos a decirlo todo
Desde las teorías del “Big Bang” de nuestro universo,
Hasta el Apocalipsis de nuestro adiós
Que mientras el tiempo pasa, ya se vuelve incierto.

Autor: Silvia Mercader Ferri

Fallas en Octubre

“Ese lunar que tienes, cielito lindo, junto a la boca…”
Ese cabello rojo y esos labios que combinan con tu ropa
Esa sonrisa blanca y esos versos que te inventabas
Con esa voz dramática de aquellos personajes que siempre interpretabas.

Esa risa constante que siempre tus cuentos acompañaba
Esas manos que siempre movías al exacto ritmo de una valenciana
Esa ropa aparentemente sencilla que a la calle sacabas
No era otra cosa más que una mantilla, una peineta y un vestido para las fallas
No te recordaré de otra manera que con ese vestido que nunca te vi usar
Con esos encajes de colores,  flores de fuego  y adornos para poder destacar
Ese hermoso vestido que en tu mente nunca dejaste de usar.

Hoy se quema una escultura de madera y cartón
Que aunque no sea el mes de marzo, hoy tenemos otra buena razón
Y las falleras igual estarán llorando, como es la tradición
Por el fuego que consume la materia pero no incinera el corazón

Una escultura colorida con pedazos de recuerdos
Se ven un par de niños corriendo detrás de un perro blanco y negro
Un niño rubio buenmozo y tres pequeñas con trajes de lunares blancos
Un gato de color castaño que “de cariño” de daba en la nariz un “bocado”
Una pareja que se amó treinta y tres veces en una ocasión
Que tu pacientemente contaste y te tatuaste ese número en el corazón
Una lista de palabras que formaban parte de tu forma de hablar
Una colección de poemas y unos pajarillos que nunca escuché cantar
Unos libros de historia y unas fotografías que nunca dejaste de admirar.

¡Qué cosas, qué cosas! Exclamo hoy en día
Las primeras fallas que veo, y con tanta melancolía
En vez de ver fuegos artificiales estallar en el cielo
Son mis lágrimas que distorsionan las estrellas y su destello

Dos torres de piedra hoy se elevan frente a ti
Se iza una bandera amarilla, azul y rojo carmesí,
Un escudo elevado por dos alas negras,
Y el mar estruendoso a lo lejos, incapaz de borrar tus huellas

Solo una cosa me atrevo a pedirte
Y es que esos recuerdos y esa forma de vestirte
Ese misterio en tus labios y esos cuentos escritos en roca
“…no se los des a nadie, cielito lindo, porque me toca”

Autor: Silvia Mercader Ferri
Dedicado a: Amparo Albert de Mercader
Nota: Fiesta de las Fallas Valencianas, una tradición Española que disfruté a distancia con mi abuela, cada mes de marzo las veo con cariño... pero las fallas en octubre no inspiran alegrías, sino nostalgia...