jueves, 25 de julio de 2013

Todos, sin excepción, tenemos una relación así....


Conocí a una mujer atractiva, seductora, peligrosamente hermosa. La vi de noche, del otro lado de un bar donde resonaba una música muy fuerte, estruendosa. Poco a poco me fui acercando a su cuerpo curvilíneo, con ropa escasa pero con telas brillantes; las lentejuelas que ocultaban sus pechos rebotaban las luces del local, dejándome ciego a cada destello de color naranja. Cuando por fin pude estar 5 centímetros de ese espectáculo humano, noté que traía un aroma a cigarro, no me importó decidí hablarle. Su acento era familiar, su forma de hablar era clara y precisa, sin muchos rodeos me permitió invitarle un trago. Mientras bebíamos juntos, copa tras copa, sus ojos parecían desnudarme, parecían leer mis gotas de sudor nervioso, pero ella no se mostró sorprendida, sabía perfectamente mis intenciones y conocía mi timidez como nadie.

Después de conversaciones furtivas que incluían hechos políticos, bandas de música pesada, cocina, hasta arte urbano, decidí hacer un salto al vacío e invitarla a mi apartamento. Ella ni se inmutó, sus labios rojos modularon delicadamente un “Sí”, me agarró la mano, y me acompañó a la salida del club nocturno.

No suelo hacer esta clase de invitaciones, generalmente soy una persona demasiado tímida para arriesgarme a pasar la noche con una desconocida, pero había algo en ella que me atraía con locura. Mientras íbamos en mi carro, bajó la ventana del copiloto y dejó que el viento nocturno jugara con su cabello negro como el petróleo. Mientras jugueteaba con la cruz que tenía colgado en su delicado cuello, pude ver gracias a las luces de la calle las marcas que tenía en sus antebrazos, yo ya conocía aquellos puntos enrojecidos, pero no le di importancia <<Cada quien con sus vicios>>.

Llegamos a mi edificio, estacioné el carro y nos dirigimos a los ascensores, al marcar mi piso, ella me atacó directamente al cuello con sus gruesos labios y con sus dedos de pianista. Lo usual en mí hubiera recurrido a la fuerza para quitarla de encima, esperar a llegar a mi apartamento, para evitar cualquier encuentro vergonzoso con un vecino, pero esa noche no me importó. Dejé que se saliera con la suya. Primero la abracé tímidamente y empecé a besarla, pero ella cada vez recurría más a la fuerza. Me mordió los labios y me arañó la espalda, y decidí seguir la corriente de su violenta excitación. Sentí como el espejo del ascensor se partía en su espalda cuando la acorralé contra la pared, lo cual solo sirvió para aumentar el libido entre nosotros, ella no se detuvo.

Al llegar a nuestro piso, ningún vecino nos vio, llegamos a mi apartamento y cerré la puerta con un pie para no detener lo que sentían mis manos.

Poseí su cuerpo repetidas veces, recorrimos desnudos casi toda la casa, con manotazos que se confundían entre caricias sexuales y golpes de guerra. Varias veces arañé con fuerza sus senos firmes, grandes, y naturales. Poco a poco me convertí en un animal, me salí completamente del personaje cariñoso, tímido y delicado que suelo ser tanto dentro y fuera de la habitación. La maltraté, la golpeé, la arañé y la mordí sin piedad, ella solo me pedía más, y yo solo seguía hiriéndola físicamente.

No sé exactamente cuando me quedé dormido, fue como si de repente el mundo se tornara negro y no supe más de mí hasta la mañana siguiente, o mejor dicho, a la tarde siguiente. Desperté con el cuerpo adolorido, mi cama estaba vacía, pero no mi habitación. Encontré a mi presa nocturna asomándose por la ventana, completamente desnuda. El sol entraba al cuarto con una intensidad tan fuerte que hasta quemaba la piel. Sólo pude ver su figura negra a contraluz, hasta que se volteó y me vio despierto.

Caminó al otro lado de la habitación recogiendo poco a poco su ropa regada por el suelo, y finalmente pude detallarla mejor. Noté unas largas cortadas en su espalda, entendí que fueron los vidrios de mi ascensor, que dejaron unas líneas rojas espantosas que recorrían casi por completo su espalda blanca. Sus muslos tenían moretones oscuros, huellas que habían dejado mis dedos tras la noche de pasión. ¿De dónde saqué aquella fuerza para dejarla así? Ella no se estaba oponiendo a mi fuerza, ella se entregaba por completo.

Se agachó para recoger su ropa interior, al levantarse echó su cabello de ébano hacia su espalda, y ahí vi sus montañas. Sus pechos que a primera vista me resultaron tan atractivos, tan adictivos, tenían arañazos profundos dejando la carne viva a la vista. Un espectáculo casi truculento, no podía entender cómo yo pude haberle hecho semejante daño.

Recordé las conversaciones que tuvimos la noche anterior, lo inteligente y culta que era, me di cuenta que su boca no era sólo un juguete sexual, que ella recitaba poesías y frases de Rómulo Gallegos y de Otero Silva. Que juntos cantamos todo tipo de estrofas, gritamos a todo pulmón “soy desierto, selva nieve y volcán”, nos reímos con “mi Vecina” de los Amigos Invisibles, y hasta recordamos uno que otro chiste de El Conde del Guácharo. Una mujer interesante, inteligente y sincera.

Al recuperarme de mis recuerdos ya ella estaba completamente vestida, las lentejuelas ya no destellaban como ayer, eran solo puntos opacos en su vestido corto. Tímidamente me levanté de la cama y sólo pude decir: “Te apetece un café”, a lo que ella contestó: “guayoyo por favor”.

Fuimos a mi cocina y me dispuse a preparar el café. De la nada ella empezó una conversación animada, bromeamos, hablamos de la nueva película nacional y acordamos que deberíamos ir a verla juntos algún día. Al servirle el café noté que sus dientes, aunque perfectos en forma, estaban amarillentos. Sus ojos estaban enrojecidos y su cabello negro era una maraña interminable. Seguía siendo atractiva, pero entendí que la noche siempre oculta cualquier imperfección.

Tomamos el café con calma y minutos después me pidió que la despidiera. Yo accedí sin titubear para no ocasionarle más molestias, pero por dentro rogaba que se quedara, mi conciencia sólo me hacía recordar las marcas horribles que le había hecho en la piel. Al despedirnos, quise disculparme, y lo único que me contestó fue:

-          No te preocupes, yo te lo permití, y no eres el único que deja marcas en mí de esta manera.

Desde aquel día frecuento el mismo local todos los fines de semana, y doy con ella siempre. Entablamos conversaciones animadas y trato de convencerme de no maltratarla esta vez, pero su violencia me embriaga y termino por herirla de la misma manera.

Siempre es lo mismo, de noche se ve radiante, hermosa, ocultando todas aquellas imperfecciones que el sol siempre deja salir. Entabla conversaciones agradables y me hace llegar mentalmente a sitios hermosos, me hace filosofar y pensar en un mundo completamente nuevo, me divierte por un rato hasta que llegamos a la habitación, donde ella misma me hace sacar lo peor de mí. La hiero, la daño, la golpeo, araño sus montañas sin piedad. Sólo para que a la mañana siguiente ella me desfile por todo el cuarto las marcas que le he hecho, y suelo disculparme inútilmente sólo ofreciéndole una taza de café, lo cual nunca podría pagar por el daño que le hago todas las semanas. La amo, locamente, pero la daño cada noche, cada semana, después de haberla invitado a mi casa unas 446 veces, finalmente pudo decirme su nombre: CARACAS


Silvia Mercader Ferri

lunes, 22 de julio de 2013

Concurso Ideas Flash 2013 (1° Edición)

Como mis lectores han podido percibir en las últimas 12 semanas del blog, he sido parte de una experiencia semanal conocida como "Concurso Ideas Flash 2013" bajo la organización de Karly Villarroel, estudiante de la Universidad Simón Bolívar.

Dicho concurso, en el cual no sólo resulté ser la feliz ganadora del primer lugar sino también obtuve una buena crítica constructiva al término de esta actividad, consistía en realizar retos de fotografía semanales en el cual se publicaba un "tema" a la semana y los concursantes debíamos fotografiar algo relacionado con el mismo.

A continuación les resumo la lista de los 11 retos del concurso:

1 - "Un Poeta Extraviado"
2- "Una Canción Desesperada"
3- "Una Tasa de Cambio"
4 - "Un Deja Vu"
5 - "Un Duck Hunt"
6 - "Un Efecto Meissner"
7 - "Una Inspiración" (Basándose en el retratista Richard Avedon)
8 - "Una Turbinectomía"
9 - "Un Kame Hame Ha"
10 - "Una Cersei Lannister"
11 - "Una Idea Flash"

La dificultad entre semana y semana iba incrementando, pero el verdadero reto era poder mantener un eje conector entre cada fotografía, ya sea tomando en cuenta la técnica de la foto, personajes, objetos, enfoque, etc.

Al finalizar el concurso, la organizadora se tomó la molestia de dedicarnos unos minutos para ofrecernos observaciones positivas y negativas del trabajo de cada concursante, cosa que realmente se agradece especialmente para los amateur del mundo fotográfico. Dichas observaciones fueron dadas con la ayuda del profesor y fotógrafo Rolando Betancourt quien también formó parte dentro de la deliberación para elegir los ganadores del concurso.

El veredicto final fue:

1er Lugar: Silvia Mercader Ferri
2do Lugar: Rebeca Valdes
Mención Honorífica: Victoria Hercilia

Ahora, aparte de dar esta descripción de dicho concurso, me tomaré la libertad de manifestar mi opinión personal. Considero que la iniciativa de este tipo de concursos no debe ser tomada a la ligera y que trabajos como este se deberían realizar SIEMPRE. Es por eso que creo que es mi responsabilidad realizar esta reseña para demostrar la importancia de iniciativas de esta índole, apoyando a los talentos más jóvenes y alentando a que se generen más iniciativas de este estilo.

El concurso no solo fue llevado a cabo con toda la seriedad y compromiso que uno esperaría, sino también estuvo lleno de sorpresas agradables y de retos a la altura de sus participantes. Semana tras semana, nos encontrábamos sumidos en investigaciones, diccionarios, y hasta en páginas web de sinónimos y antónimos que nos permitieran dar alguna inspiración para poder definir en una fotografía el tema que la organizadora nos propuso para esos 6 días de trabajo. También habría que resaltar lo afortunado que fue el hecho de tener la libertad no sólo de poder escribir un corto ensayo sobre nuestra propia fotografía (en lo cual, debo declararme culpable al no ser siempre lo más breve posible) sino también el uso del photoshop o cualquier herramienta de edición de imagen para poder resaltar nuestra visión sobre el tema asignado.

Para la semana 11 del concurso, el tema de "Una Idea Flash" buscaba que los participantes reflexionáramos un tema que tal vez haya faltado, a nuestro juicio, en el concurso, algo que le quisiéramos agregar. Casualmente pareciera que todos hayamos querido expresar un cierre, una conclusión de la experiencia.
Mi fotografía se tituló "Un Juego de Perspectiva" ¿Por qué? No sólo porque la fotografía realizaba un juego de aproximación entre un objeto y una persona, sino también por el mismo objetivo de cada semana del concurso: explorar la perspectiva de cada fotógrafo según un mismo tema. Semanalmente pudimos ver diversas fotografías que enfocaban una misma frase, por lo tanto ese juego fue el verdadero protagonista de 11 semanas de creatividad.

Para concluir, me siento en la obligación en hacer un llamado responsable a cualquier persona que se sienta en la capacidad de realizar concursos de esta manera. Quisiera resaltar la palabra "responsabilidad" porque un concurso debe realizarse con el mayor compromiso posible, saber dedicarle el tiempo necesario y tener el suficiente ojo crítico objetivo para también poder desempeñarse como jurado. Es necesario recordar que los concursantes no siempre buscan el premio del primer lugar y nada más, el concurso debe ofrecer aprendizaje, diversión, esto no se hace para obtener dinero únicamente sino para poder explorar diversas opciones, es una manera de adquirir conocimiento altamente efectiva y el administrador de cada concurso debe estar a la altura de impartir una clase seria.

Agradezco enormemente a la señorita Karly Villarroel por demostrar estas virtudes y dejarnos a todos con las ganas de participar en una próxima edición de Ideas Flash. Invito a todos mis lectores a estar pendientes y participar, seré la principal vocera de esta iniciativa si es necesario

Gracias.
Atentamente
Silvia Mercader Ferri

lunes, 15 de julio de 2013

Mi Primera Historia de Terror (Basada en Hechos Reales)

Era de noche, eran las 7 pm a más tardar. Laura se bebía un vaso de refresco mientras sus amigos revisaban cuidadosamente una botella de color rojo carmesí, con una válvula y una manguera que le salía de un costado, Marcos le había dicho que se llamaba “Narguila”. Todos emocionados empezaron a seguir las instrucciones que Marcos les había dado para armarla y empezar a disfrutar de una esencia frutal. <<No debería fumarla – pensaba Laura – tantas veces que he regañado a mis papás por fumar cigarros, ¿Será esto igual de dañino?>>

-         - No te preocupes – dijo Alex, su pareja – es sólo por probar, no creo que sea más dañino que el cigarrillo que se fuma tu papá.

Laura sólo sonrió, <<Después de 4 años, todavía me lee los pensamientos>>.

Hacía tiempo que todo el grupo no se había reunido, desde que Marcos y Enrique viajaron a España por el verano, cada uno andaba más en lo suyo. Gabriel abría una botella de vodka, para preparar los tragos de la noche, como de costumbre. Laura se encontraba extremadamente cansada con el inicio de las clases universitarias, pero no pudo rechazar el aroma del jugo de naranja adulterado que le pasó su amigo.

Colocaron música y empezaron a echar anécdotas de la semana mientras los carbones para la Narguila ardían en la cocina. Laura besó la mejilla de Alex, ya le estaba empezando a crecer la barba otra vez, él parecía apenas notar el beso, pero le apretó la mano a Laura en señal de agradecimiento.

Justo al empezar a sonar Dazed and Confused , los carbones dieron señal de estar listos. Colocaron una especie de pasta pegajosa color vinotinto en un pequeño envase de porcelana que tenía aquella botella, la cubrieron de papel aluminio, y encima, los carbones encendidos al rojo vivo. Laura notó el leve sonido siseante al momento de que los carbones hicieron contacto con el papel. En seguida, Marcos aspiró fuertemente la manguera y un humo blanco poco a poco fue brotando de sus labios y fosas nasales.

-         -  Está lista – dijo Marcos con una sonrisa de placer casi cautivadora.

Se sentaron todos en el piso, colocando la Narguila encima de una pequeña caja de madera. Y uno a uno empezó a probar ese sabor dulzón, un vapor cálido que se alojaba en las papilas gustativas y se escabullía por la garganta. << Cualquiera pensaría que estuviéramos fumando droga >> pensó Laura, divertida. Antes de probarla ella, quiso ver la cara de su mejor amiga: Andrea. Al ver su sonrisa de aprobación se sintió más tranquila. Después fumó Víctor, Carlos, Enrique, y llegó su turno.

El sabor era algo que le atraía, pero nada era mejor que jugar con las franjas de delicado humo blanco. La forma en cómo figuras indescriptibles danzaban en el aire, en como pequeños bailarines nacían de la boca de sus amigos para realizar una fiesta encima de sus cabezas. Laura no escuchaba casi nada, el cansancio y el vodka sólo le permitía enfocar su atención en aquellas figuras tan particulares.

Sólo de vez en cuando escuchaba comentarios aleatorios, chistes sobre como sonaría cada uno si llegaran a probar una droga fuerte, aquello le resultó extremadamente entretenido, pero su atención se volvió a enfocar en el humo blanco. Hasta que Alex le volteó la cara de una manera delicada, y le estampó un beso compartiendo entre sus labios aquel humo dulzón. Un beso que nunca había probado, pero que le resultó divino, excitante, y sofocante.

Laura sólo se despertó un poco cuando Marcos se levantó a calentar otro carbón, el humo se había extinguido por el momento. Cuando volvieron a colocar los nuevos carbones una canción bastante apropiada empezó a sonar: Purple Haze de Jimmy Hendrix. Marcos consideró que era un buen momento para grabar un video de todos sus amigos fumando bajo esa neblina dulzona que invadía la sala de su casa. Cada uno preparaba su mejor cara, sólo para provocar más risas entre sus compañeros, aunque el ganador, por mucho, fue Enrique, cuando inocentemente hacía que se desmayaba gracias a los efectos secundarios de la pipa y por mala suerte terminó golpeando su cabeza contra un mueble. Las risas invadieron la habitación, el video se detuvo y siguieron fumando.

-          -Saben que pueden quedarse a dormir si quieren – dijo Marcos – así seguimos fumando.

-         - Si quisiera pero Laura tiene reunión de equipo mañana – dijo Alex – y creo que todos deberíamos descansar.

En ese momento ya era una hora cercana a la 1 de la madrugada, consideraron prudente levantarse y marcharse todos al carro de Alex, para dejar a todos los demás en sus casas.

Laura se despidió de los dos hermanos: Marcos y Enrique, con la promesa de que se verían pronto. Ambos la besaron en la mejilla y le dieron un abrazo enternecedor. Y subió a la parte trasera del carro de su novio, acompañada de Andrea, Carlos y Víctor. Posteriormente, Gabriel y Alex ocuparon los asientos de adelante.

Mientras el viaje en carro empezaba, Laura solo recuerda por un momento haberse recostado del hermano de Alex, Víctor, y dormitar por unos minutos, hasta que Andrea y Carlos se bajaron del carro y se despidieron sin muchos ánimos. Laura se acomodó y trató de mantenerse despierta el resto del viaje. Dejó que sus pensamientos viajaran entre las luces de la calle, fue contando los pocos apartamentos que todavía tenían la luz encendida a esas horas, pensó en Alex, en la Universidad, y sonrió al darse cuenta que todavía tenía en la boca esa esencia sabor a fresa de la Narguila.  Mientras iban por una subida estrecha, zigzagueando entre calles oscuras en dirección a la casa de Gabriel, sus amigos conversaban pero ella sólo observaba por la ventana, con la mirada perdida, sólo deseaba dormir.

Pero hubo 5 palabras que inexplicablemente capturaron su atención:

-          - Creo que nos están siguiendo – dijo Alex, a lo cual Laura le pareció un comentario poco importante.

Segundos después, un automóvil los adelantó e interceptó. Laura ni siquiera escuchó el carro aproximarse y sólo se preguntó en voz alta: “¿Y este qué?”

A continuación, lo nunca antes esperado.

Del carro se bajó un hombre, armado. Laura sólo lo recuerda como un hombre alto, y su cara se encontraba justo detrás de un arma corta y brillante, que reflejaba las luces blancas del carro de Alex. No pudo explicar qué estaba pasando, no escuchó nada, ni siquiera se pudo mover. Por un segundo deseó que sus ojos se hubieran perdido en un sueño, que Alex todavía estuviera manejando a casa de Gabriel y que sus amigos estuvieran todavía riendo sobre cualquier comentario alegre. Pero ese deseo terminó por ser absurdo, Laura ya ni sentía las piernas.

Alex siempre le comentaba que en situaciones así era mejor obedecer, bajarse del carro y entregar todo. No mirarlos a la cara y simplemente dejar que se salgan con la suya. Pero esa vez, Alex no siguió su propio consejo. Colocó su mano en la palanca de cambio y retrocedió, bajando a toda velocidad. Laura sólo pudo escuchar y obedecer a Víctor cuando gritó que debían colocarse los cinturones de seguridad, ella no podía creer lo que estaba pasando. Las luces que miraba hace unos segundos desaparecieron, sólo veía el perfil de Alex, ni siquiera pudo articular ni una palabra.

<<No nos van a alcanzar, este carro es más pequeño y más rápido, Alex los va a perder, llegaré a mi casa pronto>> pensó con total seguridad. Pero un sonido similar a un trueno interrumpió sus pensamientos, y pudo ver como el rostro de Alex giró rápidamente hacia la derecha, y una lluvia de vidrios invadieron el carro. El vehículo se detuvo en seco, Alex trató inútilmente en encender el carro nuevamente, hasta que un golpe nuevamente sacudió el carro, Laura todavía seguía en una especie de transe.

Al detenerse el carro, Victor abrió la puerta y salió, colocó sus manos al aire y articuló palabras para tranquilizar a sus agresores. Ella lo veía desde el otro lado del interior del carro, Laura permaneció inmóvil, la figura de Víctor se veía clara, pero cada vez se hacía más pequeña. Una sombra negra se asomó por la puerta de Víctor y empezó a arrastrarse al interior del vehículo. Laura a penas tuvo tiempo de pensar, sus manos buscaron desesperadamente el botón del cinturón del carro para liberarse, sin quitarle la vista a aquella sombra robusta, sin rostro. Se quitó el cinturón como pudo y salió desprendida del carro, colocando torpemente sus manos al aire.

Todo lo veía a modo paisaje, su vista no se enfocó en nadie ni en nada. Sin importar a donde viera, todo estaba en silencio, pero todo era caótico. Pronto su mente empezó a divagar, a hacer su propia historia en la cabeza: <<Se darán cuenta que soy la única mujer en el carro, me van a llevar, y nunca me conseguirán, mis padres buscarán mi cuerpo por días, estos hombres harán lo que sea conmigo, hasta suplicarles la muerte. Alex no podrá hacer nada, agarrarán el carro conmigo adentro, son cuatro hombres no podré contra ellos>>

Su vista de pronto se enfocó en Alex, quien se bajaba lentamente del carro sosteniendo su billetera en la mano y ofreciéndosela a uno de sus agresores, el cual la agarró y la tiró al suelo sin darle mayor importancia.

<<Ellos no quieren dinero, Alex, quieren tu carro, y a tu novia, tal vez no buscaban mujeres, pero la consiguieron, no hay protesta que valga, ellos mandan ahora>>. Sintió un aroma a pólvora en el aire, pudo observar el carro de sus agresores colocado casi perpendicular al carro de Alex, y con mucho trabajo pudo entender de dónde provino el segundo impacto.

<<¿Corro? ¿A dónde? Nadie me abrirá la puerta de su casa. Y si lo hago, ¿Me dispararán?, ¿Alex correrá conmigo? ¿Y si hay más personas más adelante esperándome a que cometa ese mismo error?>>  

Laura pasó su vista en menos de un segundo por todas las calles, rejas, parques, aceras que había delante. Y se dio cuenta que esta acorralada, a sus espaldas solo había un muro de una casa, y ni siquiera consideró en tocar la puerta, nadie respondería a su auxilio.

El conductor del otro carro se bajó tranquilamente del vehículo, armado. Observó a Alex detenidamente, apuntó su arma, Alex ni siquiera pudo reaccionar, permaneció inmóvil, sus ojos parecían absortos entre lo que estaba sucediendo, hasta que el hombre armado pronunció:

-          - ¿Tú crees que esto es un juego?.

Acto seguido: disparó el arma, Alex se desplomó en el suelo.

Laura no sabe cuantos segundos pudieron pasar, todo se tornó negro. <<Lo mataron, Alex está muerto>>, la semana siguiente cumplirían otro año más juntos, la relación más larga que ambos hubieran tenido en sus vidas, pero ya, nada de eso importaba. La mente de Laura se llenó de susurros, de conversaciones, de risas, de llantos, de discusiones, de gemidos, de saludos, de sonidos de besos, los 4 años juntos dejaron de existir, ya nada tenía sentido. Pudo ver su primer beso, pudo escuchar conversaciones de teléfono que duraban horas, pudo ver su primera pelea, pudo escuchar el último “te amo” que le había susurrado al oído. Pudo sentir el peso del collar que le había regalado al mes de haberse juntado. La plata del collar se torno gélida, sintió como le quemaba la piel, el corazón que guindaba de la cadena no medía más que medio centímetro, pero sintió que pesaba millones de toneladas, sintió un peso que la anclaba al suelo donde estaba, sus sentidos sólo se enfocaron en ese dolor, ella creía que estaba acostumbrada a no sentir esa cadena en su cuello, pero ahora, la estaba ahorcando, Laura no se atrevía a respirar. Sus oídos zumbaban, solo escuchaba un sonido constante y ensordecedor, como si estuviera en un túnel de metro.

En cámara lenta pudo ver a Victor gritar el nombre de su hermano y lanzarse al suelo, pero su voz se escuchaba a lo lejos, el zumbido parecía incrementar a cada segundo. Laura enfocó nuevamente la vista, los dos carros habían desaparecido, ella no los vio partir. Sus piernas se durmieron, ella se quedó ahí, parada.

Hasta que por fin, pudo distinguir un sonido claro, algo en su cabeza le gritó <<MUÉVETE>>. Automáticamente, empezó a recobrar sus sentidos, se dio cuenta que hacía frío en el aire, hacía un silencio mortal, sintió su boca seca, la cual estaba un poco entreabierta, dejando pasar el aire suavemente a sus pulmones sin ella notarlo. Sus pies empezaron a andar, y a correr hacia donde estaban las espaldas de sus dos amigos agachadas en el suelo, cubriendo el cuerpo de su novio. Hasta que pudo ver el rostro de Alex frente a frente, ahí, tirado en el pavimento. Sus ojos no miraban a nadie en particular, sólo el cielo estrellado. Su rostro era serio, casi enfadado, Laura apenas pudo notar su mano izquierda agarrándose su hombro derecho. Ella sólo se atrevió a respirar cuando los labios de Alex modularon las palabras:

-         - Tranquila. Sólo me rozó el brazo.

Silvia Mercader Ferri
Septiembre 2008
Caracas


domingo, 14 de julio de 2013

Concurso ideas flash 2013 - Semana 11

Tema: una idea flash

Se nos sugirió elegir nuestro propio tema, el que nosotros pensaramos que faltaba en el concurso.

Mi tema: un juego de perspectiva

lunes, 8 de julio de 2013

The Difference Between Sex and Love

Sex is getting naked, Love is getting naked while you listen Dazed and Confused

Silvia Mercader Ferri

domingo, 7 de julio de 2013

Concurso Ideas Flash - semana 10

Una Cersei Lannister

Como fanática de la saga de George Martin: Canción de Hielo y Fuego, puedo decir que Cersei es uno de los personajes más complejos de la saga. Algunos tienen poderes sobrenaturales, algunos complejos de inferioridad, algunos tienen dragones, pero Cersei es completamente HUMANA.

Es una mujer poderosa, con una cierta atracción a su hermano gemelo que realmente puede darse por la genética, no por problemas psicológicos como uno esperaría. Fue criada en un mundo enteramente machista, con el claro conocimiento que ella nunca reinaría ni sería dueña de nada, por el simple hecho de nacer sin un miembro masculino entre sus piernas.

Sin embargo, es una mujer ambiciosa. Usa su infinita belleza para obtener lo que consigue, y más, una mujer inteligente, sí, pero muy sola. Una mujer que sabe bien jugar sus cartas, que a pesar de todo sigue reinando por encima de los hombres. A pesar de su malicia, sus ambiciones y su crueldad, lo único que la mantiene atada a este mundo material, son sus hijos, a quienes ama por encima de todo.

Si Cersei Lannister viviera en este mundo, sería una mujer de poder, una mujer que con solo un clic en su computadora puede dominar al mundo, mientras bebe sorbos de vino rojo y con una sonrisa cautivadoramente peligrosa. Haría TODO por conseguir lo necesario para sus hijos.

Silvia Mercader Ferri